Introducción a técnicas de biología molecular


 

Las técnicas de la biotecnología moderna

Uno de los objetivos principales de la biotecnología moderna es lograr que una célula realice una tarea específica y útil de manera predecible y controlable. Por ejemplo, que las células de la planta de maíz produzcan una nueva proteína que sea capaz de eliminar a insectos que se alimentan de ella, es decir una proteína insecticida. Esto sería útil ya que permitiría reducir el uso de insecticidas químicos y aumentaría la productividad para el agricultor. En la actualidad, la biotecnología moderna permite lograr este tipo de maíz. De hecho, está autorizado en la Argentina y se lo denomina maíz Bt. Es un maíz transgénico que ofrece una solución efectiva contra el barrenador del tallo, un insecto que constituye la principal plaga de los cultivos de maíz en la Argentina. ¿Cómo se obtiene un organismo transgénico? ¿Cuáles son las técnicas que se emplean para lograrlo?
Los científicos que trabajan en el desarrollo de productos biotecnológicos emplean técnicas específicas. La mayoría de estas técnicas permiten estudiar biomoléculas, en particular ADN, ARN y proteínas, y se las denomina técnicas de biología molecular. Por otra parte, se denomina ingeniería genética a las técnicas que se usan específicamente para transferir genes de un organismo a otro y construir fragmentos de ADN recombinante (combina ADN de diferentes organismos). Así, es posible no sólo obtener las proteínas recombinantes de interés sino también mejorar cultivos y animales.
 
Principios de las técnicas de trabajo con ácidos nucleicos
Las técnicas de biología molecular y de ingeniería genética se basan en una característica particular que tienen los ácidos nucleicos: las bases A (adenina), T (timina), C (citosina) y G (guanina) que forman parte de las moléculas de ADN y de ARN tienen la capacidad de hibridar con bases complementarias. Es decir, las bases al enfrentarse pueden formar enlaces entre sí siguiendo siempre la siguiente regla: A se une con T y C se une con G. 


Así, si un investigador busca estudiar un gen de interés, basta con conocer al menos una parte de su secuencia, para poder construir una porción complementaria que permita “pescar” de algún modo a ese gen de interés. Esa porción pequeña de ácido nucleico se denomina “sonda” y al sintetizarla en el laboratorio se le suele poner alguna marca que permita visualizarla luego fácilmente (por ejemplo, fluorescencia).

Otro principio subyacente en las técnicas de biología molecular es que el ADN, debido a su estructura química y molecular, es mucho más estable que el ARN, por lo cual la mayoría de las técnicas más fácilmente manipulables son con ADN.
Por último, otro principio de las técnicas es que se usa lo que natura dio. Es decir que las enzimas que se usan para cortar y pegar fragmentos de ADN, o para sintetizar fragmentos de ADN, provienen de organismos. Estas enzimas se mejoran para que trabajen eficientemente en las condiciones de laboratorio.

Etapas en la obtención de un organismo transgénico 

La obtención de un transgénico implica la participación de un organismo que dona el gen de interés y un organismo receptor del gen que expresará la nueva característica deseada. Para el caso particular de la producción de una variedad de maíz que resista el ataque de insectos, el organismo dador es la bacteria del suelo denominada Bacillus thuringiensis (Bt) de la cual se extrae el gen que determina la síntesis de la proteína insecticida, y el organismo receptor del gen es la planta de maíz.
Las etapas del trabajo son básicamente cinco:
1.     Corroborar que existe un gen que codifica para la característica de interés.
2.    Clonar el gen de interés.
3.    Modificar el gen para que funcione mejor en el organismo receptor.
4.    Transferir el gen al organismo receptor.
5.    Caracterizar el organismo receptor transformado.

A continuación se detalla cada una de estas etapas y las técnicas que involucran.

1) Corroborar que existe un gen que codifica para la característica de interés
Cuando se encuentra una característica en un organismo que resulta interesante para transferir a otro organismo debe verificarse que es producto de un gen. Para verificar que la característica de interés está codificada en el ADN y que no es resultado de la interacción con el medioambiente, se aplican técnicas de genética.  Si la característica se atribuye a una proteína, que es producto directo de un gen, será más sencillo transferir esa característica a un organismo que no la tiene.

2) Clonado del gen
Una vez que se determinó que el organismo donante posee un gen que codifica para la característica de interés, los biólogos moleculares se lanzan a la tarea de conseguir ese gen, es decir: “clonar” el gen. Clonar un gen significa tenerlo puro en el tubo de ensayos, o mejor aún, dentro de un vector (una molécula mayor de ADN que permite guardar fragmentos de ADN en forma estable y práctica por más tiempo). La tarea de clonar involucra varias técnicas que se describen a continuación:
i)     Extracción de ADN. Las extracciones de ADN de todos los organismos guardan cierta similitud y consisten en romper las células para liberar su contenido y separar el ADN liberado del resto de los componentes celulares.
ii)    Búsqueda de un gen entre la mezcla de genes del ADN.  Si se conoce una pequeña porción de la secuencia del gen que se está buscando, es posible construir una sonda que permita “pescar” el fragmento de ADN que contiene esa misma secuencia. Una vez aislado ese fragmento se lo estudia más detalladamente. La técnica de PCR (siglas en inglés de Reacción en Cadena de la Polimerasa) permite amplificar la cantidad de ADN y esto facilita el clonado del gen de interés. La técnica de PCR se representa en la siguiente ilustración:  
PCR permite obtener, a partir de una sola molécula de ADN, millones de copias de un fragmento de ADN particular. La base de esta técnica consiste en que la enzima polimerasa de ADN cumpla su función: sintetizar ADN a partir de un pequeño fragmento llamado cebador, y de los nucleótidos (A, C, G y T). Las nuevas moléculas de ADN sintetizadas en cada ciclo sirven de molde para ciclos siguientes. Por lo tanto, la PCR es una reacción de amplificación de fragmentos de ADN en forma exponencial y al final del ciclo 35-40 en el tubo de ensayos existen millones de copias del fragmento de interés.

Una vez terminada la PCR, se realiza una técnica conocida como “electroforesis en gel de agarosa” para visualizar los millones de fragmentos de ADN de interés, como muestra la siguiente imagen:

Electroforesis en gel de agarosa. Esta técnica consiste en armar un gel de agarosa, con pequeños huecos en un extremo donde se deposita (“siembra”) el contenido del tubo de PCR. El gel es sometido a corriente eléctrica de modo que el ADN, que es una molécula cargada negativamente, se desplaza por el gel hacia el polo positivo. Cuanto más pequeño es el fragmento de ADN más rápido se desplaza y llega hasta el extremo opuesto. Al preparar el gel se agrega la sustancia bromuro de etidio que se intercala entre las bases del ADN y permite visualizarlo al ser iluminado con luz UV. Las bandas luminosas corresponden a los fragmentos de ADN amplificados.

iii)  Secuenciación: Una vez que se visualizó el resultado del PCR en el gel de agarosa, la “bandita” del gel que contiene el ADN de interés se recorta y se purifica el ADN. Luego se realiza la secuenciación que consiste en conocer la cantidad y el orden en que se ubican los nucleótidos en el fragmento de ADN analizado. Actualmente se realiza en un secuenciador automático utilizando nucleótidos marcados fluorescentemente, que son leídos por un láser acoplado a una computadora.

iv)   Construcción del vector recombinante: Esta etapa consiste en “recortar y pegar” ADN para insertar el gen de interés dentro de un vector (son en general moléculas de ADN circulares). Para recortar el ADN se utilizan enzimas de restricción y para pegar fragmentos de ADN se utilizan enzimas ligasas. Como muestra la imagen el vector abierto y el fragmento de interés se agregan al tubo de ensayos en presencia de la enzima ligasa. Al fragmento de ADN dentro del vector se denomina “inserto” y el nuevo vector se conoce como “vector recombinante”.



3) Modificar el gen
La ventaja de tener el gen clonado en un vector, es que se puede transferir a una bacteria que, al multiplicarse en el laboratorio, también multiplica al vector que porta. De esta forma se logra tener millones de copias del vector recombinante para poder modificar el inserto que lleva dentro. Modificar el inserto significa agregarle pequeñas secuencias de ADN, mediante el uso de ligasas, necesarias para que el gen funcione correctamente en el organismo receptor. Por ejemplo: si se clona un gen Bt de una bacteria para luego ponerlo en maíz, se debe agregar un promotor que funcione bien en plantas, es decir, que permita que las células vegetales expresen la proteína Bt. El promotor es una región fundamental del gen ya que determina cuándo y dónde se expresará el gen.

4) Transferir el gen al organismo receptor
El gen de interés se puede introducir en células vegetales o animales y dar lugar a la formación de un organismo genéticamente modificado (OGM) o transgénico.
La introducción de nuevos genes por ingeniería genética en plantas origina los llamados cultivos transgénicos o genéticamente modificados (OGM). En la producción de estos cultivos hay una primera etapa en la que se introduce el gen de interés en las células vegetales. Este proceso también se denomina transformación. En muchas especies vegetales (especialmente en las dicotiledóneas) es posible introducir genes a través de una bacteria del suelo, llamada Agrobacterium tumefaciens. Para las monocotiledóneas se ha desarrollado un método alternativo, denominado “bombardeo con micropartículas”. La segunda etapa consiste en regenerar una planta completa a partir de la única célula transformada. El resultado es una planta completa que lleva el gen de interés en cada una de sus células. Por último se realiza el mejoramiento por cruzamiento para transferir el gen incorporado a variedades de alto rendimiento.
Existen varias técnicas para transferir genes a células de mamíferos con el objetivo de que se integre al genoma. Una de ellas es la microinyección del ADN de interés directamente en un óvulo fecundado. Los cigotos así obtenidos son luego implantados en el útero de una madre adoptiva, o receptora, que ha sido preparada hormonalmente para poder llevar adelante la gestación. Otra técnica consiste en transferir el gen de interés a las células de un embrión de mamífero que proliferan in vitro. Cuando el embrión sigue su desarrollo en el útero de una madre receptora, se forma un animal con células transgénicas.

5) Caracterizar el organismo receptor transformado.
Una vez obtenido el OGM, se debe demostrar, entre otras cosas, si tiene una (o más) copias del transgén, y cómo y en qué tejidos se expresa el gen. Para lograrlo se extrae el ADN del organismo y se lo analiza. La técnica de PCR, ya explicada, permite amplificar el transgén, si es que está en el genoma del organismo, y es una técnica rápida para verificar si el organismo ha sido transformado o no. Para estimar cuántas copias del gen se insertaron en el genoma del organismo se utiliza la técnica denominada Southern Blotting


 Esta técnica consiste en extraer ADN del organismo en estudio, fragmentar el ADN en forma aleatoria con enzimas de restricción, someter los fragmentos de ADN a electroforesis en gel de agarosa, y transferir los fragmentos de ADN desde el gel a una membrana (de nitrocelulosa o nylon). Luego, para detectar cuántas copias del transgén quedaron integradas al genoma del organismo, se utilizan sondas marcadas (radioactivamente, con fluorescencia, u otros métodos). La membrana se baña en una solución que contiene la sonda y se “revela” (como una radiografía) para ver si quedó marca en algún fragmento de ADN.

Para analizar en qué tejido, momento y cantidad se expresa el gen se analiza la presencia del ARN mensajero y de la proteína codificados por el transgén (proteína recombinante), mediante técnicas específicas denominadas Northern blot (para el ARNm), y  Western blot  y ELISA (para las proteínas).

Aplicaciones de las técnicas de biotecnología moderna

Hasta el momento se han utilizado las técnicas de biología molecular y de ingeniería genética para producir, entre otros productos:
·       Vacunas, como la de la hepatitis B;
·       Fármacos, como la insulina y la hormona del crecimiento humano;
·       Enzimas para disolver manchas, como las que se usan en los detergentes en polvo;
·       Enzimas para la industria alimenticia, como las empleadas en la elaboración del queso y en la obtención de jugos de fruta;
·       Plantas resistentes a enfermedades.